Vamos a suponer que se ha acabo la pesadilla, que algo más
de 6 años después (2008-2014), las cosas empiezan a ir un poco mejor, ya no hay
aquella caída en picado de la actividad económica en general, hay un ligero
cambio de tendencia y parece ser que incluso los grandes números y el consumo
repuntan algo. Ha pasado el “Tsunami”, denominada de forma genérica “crisis”.
La pregunta es ¿Qué pasa los días
después?.. ¿Cómo ha quedado nuestra casa después del Tsunami? y ¿Cómo están
los ánimos y la moral de la gente después de la tragedia?.
La respuesta es fácil: la gente esta desubicada y despistada, ha salido de su zona de confort, encuentra a faltar cosas y añora tiempos pasados que ya nunca más van a volver (aunque algunos ingenuos soñadores nostálgicos quieran creerlo); la gente está en proceso de duelo, está triste y sin saber muy bien donde darla. Muchas cosas están siendo diferentes, sin duda hay un antes y un después del Tsunami, estamos delante de un nuevo escenario y hemos de adaptarnos al mismo y cuando antes lo hagamos mejor.
Fuente de la imagen: http://sobrecuriosidades.com/
La respuesta es fácil: la gente esta desubicada y despistada, ha salido de su zona de confort, encuentra a faltar cosas y añora tiempos pasados que ya nunca más van a volver (aunque algunos ingenuos soñadores nostálgicos quieran creerlo); la gente está en proceso de duelo, está triste y sin saber muy bien donde darla. Muchas cosas están siendo diferentes, sin duda hay un antes y un después del Tsunami, estamos delante de un nuevo escenario y hemos de adaptarnos al mismo y cuando antes lo hagamos mejor.
Fuente de la imagen: http://sobrecuriosidades.com/
Hay que darle la vuelta a esto y ha llegado el momento de utilizar
otras competencias para adaptarnos al nuevo escenario. Estás las tenemos
intrínsecas dentro de nosotros, lo que pasa es que hasta ahora no las habíamos necesitado y por tanto están
poco desarrolladas y nos asusta el no
saber manejarlas. Utilizarlas y veréis que bien nos va a todos. No sirve
aquello de reinventarnos, es una palabra que ya molesta, se trata de poner
todas nuestras competencias en un nuevo escenario y aprender algunas cosas
nuevas, como por ejemplo a gestionar la incertidumbre (y ser felices igualmente
con ello), adaptarnos rápidamente a los cambios, flexibilidad, iniciativa y optimismo, ponerse las pilas y
no esperar que nadie les solucione las cosas, confiar en nosotros mismos y dar
rienda suelta a la imaginación. Hay que estar abierto a nuevas cosas, formas y
oportunidades. La gente alegre, optimista y positiva afirman los expertos que
vive entre 6 y7 años más que los que no
lo son. Hay que sonreír y positivizar, generar confianza y credibilidad y para
ello es imprescindible que uno confíe y crea en sí mismo. Hay que saber
resolver problemas, tener capacidad de autonomía, estar implicados y ser
facilitadores, y sobre todo ACTITUD, de la buena, de la positiva, no la del
“chollete” y el apalancamiento o hacer lo fácil, valores como la honestidad y
el esfuerzo son también valores a la alza y hemos de activarlos y gestionarlos.
No tenemos más remedio que adaptarnos a nuestro nuevo mundo
y entorno después del Tsunami. En estos momentos la gente ya empieza a ver que
las cosas son diferentes y se empiezan a ver cambios de actitudes y gente
dispuesta a hacer lo que convenga, con ganas, capacitación y disponibilidad,
estamos saliendo del duelo y vale la pena hacer el esfuerzo y seguir adelante!!